¿Para que sirve el liderazgo?

El líder sirve, no se impone

Hoy en día, el líder no ha de ser un gurú que resuelva nuestros problemas, sino una persona que trabaje en equipo para alcanzar objetivos comunes.


En el siglo XXI ya no nos dejamos influir por las capacidades de comunicación de otras personas. Como dice Warren Bennis, "el gran hombre, el mito del líder estilo John Wayne ha desaparecido. Hoy se camina hacia la cooperación y participación. Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros". Estamos cansados de personas con tantas dosis de comunicación que, forzadas, dan charlas y discursos simplemente para que se vea lo buenas y lo inteligentes que son y que parecen saber la solución a todos los problemas. Ese tipo de liderazgo ya está muy manoseado, ya no sirve, no nos influye, por lo que ya deja de ser liderazgo.


Al día de hoy, el liderazgo es una relación mutua de influencia entre líderes y seguidores para realizar cambios que reflejan objetivos comunes. Fácil de decir y difícil de conseguir. ¿Cómo podemos intentarlo?:


- Conociéndonos: Sólo así podemos ser efectivos relacionándonos con los demás y podremos saber qué queremos hacer, hacia dónde queremos ir.

- Siendo auténticos: Sólo si nos comportamos tal como somos podremos generar confianza y compromiso, creando relaciones mutuas de influencia.

- Relaciones efectivas: Si nos conocemos y somos auténticos, más fácilmente podremos ser efectivos en nuestras relaciones interpersonales. Para esto tenemos que trabajar de forma individual, grupal y colectivamente.

- Fijando objetivos atrayentes comunes: Todos los estudios modernos sobre liderazgo nos dicen que los modelos transaccionales (de intercambio) son menos efectivos que los transformacionales (fijación de objetivos superiores atrayentes). También la realidad es cada vez más compleja, cambiante e interrelacionada; nadie está en posesión de la verdad para que nos dé la visión; no nos queda más remedio que construir esa visión de forma compartida, entre todos. A veces tenemos la expectativa, el deseo, de que venga alguien que sepa cómo resolver los problemas de Europa, de España o de la selección española... pero no viene... y no vendrá. No nos queda más remedio que ser más efectivos trabajando conjuntamente y a encontrar esos objetivos (visión, misión, etcétera) que sean mutuamente atrayentes, que nos fijen una meta superior por la que dar más que lo que me piden porque quiero hacerlo.

Desconfiemos de los grandes hombres de los líderes, de los grandes comunicadores y gurús que nos van a resolver todos nuestros problemas. El liderazgo consiste en trabajar conjuntamente de forma efectiva para alcanzar objetivos comunes, y eso es trabajo de todos. Y los líderes efectivos serán simplemente las personas, grupos y organizaciones que sepan cómo hacerlo.

Como decía Einstein, "el fin último de las personas es servir y no mandar". El líder sirve porque con él se alcanzan resultados y sirve a los demás para que todos alcancemos nuestros objetivos y, por ello, probablemente pase desapercibido. Ya no hay líderes, sino procesos de liderazgo, relaciones mutuas de influencia y personas, grupos y organizaciones efectivas en dichas relaciones.

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